«No le cierres la puerta de tu casa a la tristeza, pero no le pongas una silla para que se quede a vivir contigo». Gracias por tu consejo, compañera Adela Castro (@ADelacasa7)
En su libro “Haz que cada mañana salga el sol”, Arancha Merino (@aranchamerino) nos enseña que “la tristeza auténtica es la que nos ayuda a percibir las pérdidas”. Lo que sucede a continuación es que nuestro cerebro se activa para producir ideas dirigidas a encontrar soluciones.