Elige tu emoción

Cada mañana disponemos de varias oportunidades para equipar positivamente nuestro estado de ánimo… Al igual que elegimos la ropa que vamos a usar cada día, así elegimos la emoción con que vamos a vivirlo.

Es una elección tan automática que muchas veces no nos damos cuenta de que cada mañana hay unos instantes justo en el momento de despertar, mientras nos aseamos, nos vestimos, desayunamos… en los que la vida nos pregunta cual de tantas indumentarias emocionales queremos vestir.

Si nos entrenamos convenientemente observándonos cada mañana, acabaremos por ser conscientes de que justo tras despertarnos hay unos instantes en los que aún no hemos asumido la emoción con la que abordar la vigilia. Una vez transcurridos estos instantes habremos asumido automática e involuntariamente ya una emoción. Hasta ese momento, quizás por un breve lapso de tiempo, podemos elegir conscientemente con qué emoción vamos a comenzar a vivir el día.

Y el caso es que la emoción con la que nos vestimos cada mañana participa activamente en nuestra vida mental del siguiente modo:

  • Decidiendo. Participando activamente en la toma de decisiones.
  • Marcando el estado de ánimo.
  • Condicionando nuestra autoestima.

Por estas razones es importante tomar conciencia de que cada mañana debemos elegir la emoción con la que vamos a iniciar el día. Si aprendemos a realizarlo voluntaria y conscientemente lo adoptaremos como hábito y nos sentiremos más dueños de nuestro destino.

¿Y qué es lo que tenemos que aprender? Podemos aprender a aprovechar las cinco oportunidades básicas que os paso a exponer.

1ª. Aprovecha los mensajes que te envías desde tus sueños.

A veces la emoción con la que comenzamos el día la decide el rastro emocional que deja en nosotros la vivencia del último sueño de la noche. La última emoción que sentimos cuando estábamos soñando hasta nuestra vigilia y se propone como tinte emocional para dar color a nuestro día interviniendo en nuestra actividad mental.

Podemos analizar qué contenido nos propone el sueño para reflexionar y debemos hacer el análisis de ese contenido. Una vez hecho el pertinente análisis debo llegar a una conclusión y extraer una enseñanza que debo aplicar.

A veces podemos aplazar el análisis de las propuestas de nuestros sueños y, de este modo, dejamos paso a elegir nosotros libremente la emoción que queremos para este día.

 

2ª. Elige la emoción que quieres vestir en este día.

Si no hemos tenido un sueño previo, no lo recordamos o hemos dejado pasar la oportunidad de reflexionar sobre nuestro sueño, somos libres de elegir por nosotros mismos la emoción con la que queremos iniciar el día. Para ello es muy oportuno disponer de un listado de emociones favoritas nuestras y que tienen que ver con las tareas que tenemos y/o queremos realizar durante el día. De este modo lo que hacemos es buscar inspiración en alguna emoción positiva que nos llene el estado de ánimo, nos proporcione una mirada personal de la vida que se adecua a nuestra forma de ser y de pensar.

Algunas personas se inspiran con imágenes, con videos, con frases motivadoras. Por mi parte os he seleccionado cuatro frases que alguna vez me han ayudado a decidir la emoción que necesitamos. El mundo esta lleno de frases, de imágenes, de rincones con emociones positivas, bonitas, interesantes, con las que vestir nuestro mundo mental cada día.

Las frases que os propongo son:

“Puedo porque creo que puedo.” Carolina Marín, Campeona del Mundo de Bádmintón.

Calma, Conquista tu Alma. @PerssonalPsi

“Hoy puede ser un gran día, plantéatelo así…” Joan Manuel Serrat, Cantautor.

“Creer para crear, crear para crecer.” Steve Job, Fundador de Apple.

3ª. Prepara rituales para conducir tu pensamiento hacia opciones «positivas»

Cada mañana podemos habituarnos a desarrollar rituales que nos conducen a sentir la emoción que deseamos voluntariamente. Muchos de nosotros ya practicamos esos rituales, yo os pongo lo que he visto que hacen muchas personas para inspirarse en la mañana…

Hablan con otras personas. Saludan, se desean buenos días y proponen una emoción: felicidad, alegría, calma, paciencia. Esto lo hacen dirigiéndose a determinadas personas o grupos y buscan hacerlo en persona, por redes sociales, por teléfono.

Hay personas que para comenzar el día cantan o bailan. En la ducha, mientras caminan al trabajo o mientras comienzan los quehaceres del día.
Muchos hacen algún tipo de deporte y así consiguen sentirse plenos, fuertes, voluntariosos, saludables.

Un ritual sencillo, bonito y muy efectivo es asomarse a tu ventana y buscar en el entorno y detalles que puedas admirar. Una nube, la brisa del viento, la belleza de un edificio, la lozanía de las plantas de algún vecino. Si podemos encontrar algo digno de admiración sabremos internamente que la vida es bella y merece la pena.

Alguna vez la inspiración la puedes encontrar haciendo una foto bonita y compartiéndola. Tal vez, también mirando fotos o videos bonitos que otros han compartido por redes sociales.

Meditar es una opción sencilla y muy recomendable para encontrar la emoción y el estado mental con el que comenzar el día.

4ª. Planifica brevemente.

Dedicar unos minutos a hacer un plan de lo que vas a hacer en el día te proporcionará una sensación de control que se traducirá en una emoción de seguridad.

Hay que contemplar en el plan la posibilidad de que surjan cosas que nos impidan llevarlo a cabo y que, en ese caso, vamos a ser flexibles para adaptarnos a las circunstancias.

5ª. Despierta en ti cada mañana la idea de que eres una persona importante y muy valiosa.

Hay una idea que debes tener presente cada mañana: que eres una persona importante y valiosa. Cada mañana debo poner esta idea en mi mente y puedo hacerlo repetiéndomela como un mantra. Puedo buscar razones o recordar lo que otras personas han visto de positivo y bueno en mi en algún momento. El modo en que consiga ver claro esta verdad incontestable es indiferente, el caso es conseguir ver con claridad que es absolutamente cierto que soy una persona importante y valiosa.

Así ya tenemos claro qué cinco posibilidades se nos ofrecen cada mañana para que yo me aplique a vestir mis mejores galas emocionales y vaya por ahí, por el mundo, disponiendo de un estado de ánimo adecuado, positivo y realista para afrontar el día y hacerlo mejor al resto de las personas.