«No le cierres la puerta de tu casa a la tristeza, pero no le pongas una silla para que se quede a vivir contigo». Gracias por tu consejo, compañera Adela Castro (@ADelacasa7)
En su libro “Haz que cada mañana salga el sol”, Arancha Merino (@aranchamerino) nos enseña que “la tristeza auténtica es la que nos ayuda a percibir las pérdidas”. Lo que sucede a continuación es que nuestro cerebro se activa para producir ideas dirigidas a encontrar soluciones.
Aquí nos centraremos en la tristeza causada por una pérdida, de alguien o de algo, y así, empezamos a observar que el tiempo que transcurra entre el puro sentimiento de tristeza y el momento en que nos activamos en la búsqueda de soluciones dependerá de varios factores. Es bueno conocer estos factores para poder actuar sobre ellos minimizando el tiempo de dolor y acercando el tiempo en que nos ponemos a practicar las alternativas a la pérdida.
Hay más factores, pero paso a enumerar los que yo considero más significativos:
1. La conciencia de la necesidad de buscar opciones a la pérdida sufrida. A medida que tomamos conciencia de que hemos sufrido una pérdida estamos más capacitados para afrontar la búsqueda de soluciones.
2. Reconocimiento de la naturaleza real de que la emoción que sentimos es tristeza y que esta tristeza es debida a una pérdida.
3. El miedo a afrontar la situación, a encontrar las alternativas adecuadas, a que tus capacidades para vivir las nuevas situaciones sean las necesarias, el miedo a encontrar los apoyos necesarios. A medida que vayamos controlando la sensación de miedo y ésta vaya disminuyendo, iremos siendo capaces de entender que la tristeza es una señal de alerta y que eso significa que debemos ponernos en marcha de nuevo hacia el horizonte.
4. Que se hayan vivido experiencias similares de pérdidas recientes. Si son demasiado recientes las experiencias de pérdidas o demasiado significativas, el efecto de la tristeza puede verse aumentado exponencialmente, al menos momentáneamente. Nos va ayudar saber y reconocer que estar inmerso en un proceso de pérdidas encadenadas es un factor de riesgo para que el sentimiento de tristeza sea más profundo y resistente a abandonarnos.
5. Que las pérdidas y la tristeza vividas anteriormente se hayan superado o integrado adecuadamente. Sólo así estaremos dispuestos más positivamente para superar nuestra experiencia actual y actuaremos con más optimismo.
6. Creatividad para imaginar alternativas. Si nos entrenamos para usar nuestra creatividad, estaremos en mejor disposición para salir del estado de tristeza, superar o integrar la pérdida y todo el proceso se realizará en menor lapso temporal.
En definitiva, es importante que cada una de estas seis acciones las entendamos en profundidad para que esa comprensión nos ayude a encontrar caminos alternativos abiertos al optimismo. En realidad me gustará que desde una reflexión guiada por estos cuatro puntos, tu emoción de tristeza se tornara útil y amorosa para darte a conocer las posibilidades de tu futuro a partir del momento en que consigas aceptar la situación de pérdida.
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