Cada vez son más las personas adultas que conozco que viven solas (también llamadas ‘singles’ sobre todo entre los más jóvenes) y llegan a esta circunstancia por distintos motivos: muchas de estas personas han elegido esa soledad como forma de vida, al margen de que al principio no fuese asumida del todo voluntariamente; otras han tenido que aceptarla aunque no fuera una situación elegida.