Niños, elefantes y Educación

Muchas veces, sobre todo quienes somos padres, nos preguntamos qué papel juega la Educación en las relaciones personales de los pequeños, sobre cómo incentivar el hábito de estudiar, imprimir disciplina sin causar traumas, hacer las tareas, ‘rendir’… ¿Cuáles son las más pautas más correctas?, ¿qué debemos y qué no debemos hacer en el caso de que además haya alguna dificultad personal añadida?

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Si la Educación no es un agente liberador, puede aprisionar las potencialidades de desarrollo de la persona

Para intentar responder a estas cuestiones, a menudo recuerdo un caso como el de Ángel. Como muchas otras veces, acudía yo aquel día al aula y allí estaban reunidos desde hace un ratito nuestro protagonista, sus padres y la tutora. Ángel sentado sobre las rodillas de su padre y acurrucadito en él. La tutora, profesional, tras su mesa y frente a ella, la familia. Yo, como parte del equipo de orientadores, tomando asiento en un lateral de la mesa o incluso «del lado de» la familia. El asunto que nos reunía: Ángel muestra habitualmente en clase una actitud pasiva, se tumba sobre la mesa tapándose la cabeza con los brazos y sólo trabaja cuando la profesora está absolutamente pendiente de él.

libro-el-elefante-encadenado-jorge-bucayTras esta sesión estuve buscando un libro infantil que me llevó vía Google a encontrar un cuento de Jorge Bucay titulado “El elefante encadenado«. Este cuento nos explica cómo un enorme elefante de circo se mantiene sujeto a la cadena que le ata su domador entre funciones a pesar de que, por su tamaño y fuerza, el animal podría liberarse con facilidad de esa cadena atada a una pequeña estaca enterrada en el suelo apenas unos centímetros.

¿Creéis en las casualidades? Enseguida pensé que Ángel era como un pequeño elefante nacido en un circo y encadenado al poco de su nacimiento. Lo veo habitualmente llegar al colegio soportando las quejas de su madre por haberse retrasado al salir de casa cada mañana. Muchos días se tiene que quedar el último en el aula por no haber terminado las tareas cuando ya sus compañeros de clase bajan al patio a disfrutar del recreo y a jugar en libertad. Ángel ahora es pequeño, es tan solo un elefantito de 2° de primaria, y la estaca que lo mantiene preso es la baja autoestima. Si va pasando el tiempo esa baja autoestima cristalizará en un trastorno, en un déficit o en un diagnóstico clínico o social.

Lo que estuvimos viviendo en ese aula fue la frustración de una madre y una maestra que, por no verse capaces de conminar a nuestro Ángel a aprovechar sus clases, se ven abocadas a buscar una explicación alternativa en el camino de los trastornos, pero que no desean andar ese sendero. Vimos también en ese aula a un padre que consigue vencer la desidia de su hijo, no sin esfuerzos, y que teme perder la batalla de la cordura puesto que las energías de la escuela y la madre comienzan a apostar fuerte por la alternativa. Finalmente, en ese aula había un niño pequeño muy nervioso, enfadado y preocupado presa del mutismo. De algún modo llegaba a percibir que allí se jugaba mucho de la imagen de sí mismo, de su futuro, de su destino.

Tras abordar aspectos muy pragmáticos acerca del modo, manera y momento en que se debía trabajar con el alumno, indagamos acerca de las preocupaciones vitales del mismo. Ángel lloró amargamente cuando le preguntamos por lo que pensaba y sentía respecto del hecho de que sus padres estaban separados desde que él tenía 3 años. Expresó entre sollozos su deseo de que sus padres conviviesen. Sus lágrimas se vertieron acompañadas por las de su madre. Sus emociones eran las mismas. Incluso me atrevo a decir que ambos nos expresaban una sola emoción, un mismo deseo. No hubo confirmación de este extremo cuando preguntamos a la madre de Ángel por esta posibilidad y ahí dejamos el asunto y casi la sesión.

¿Qué hacer en casos similares? Resolvimos la reunión concluyendo que con respecto a ese hijo y alumno debíamos hacer lo siguiente:

  • Olvidaremos, por el momento, las hipótesis que planteen la posibilidad de que el alumno presente un déficit o trastorno.
  • Ayudaremos a Ángel a realizar sus tareas escolares estableciendo límites claros en cuanto a la duración de las tareas, y las conductas permitidas. Cada cosa debe hacerse en un tiempo determinado y se reforzará positivamente hacerlo dentro de los límites. No se usarán castigos cuando no se cumplan los límites.
  • Sus padres se comprometen a mejorar la comunicación aunque dejaron muy claro que no desean, ninguno de los dos, que el niño esté confundido respecto de la posibilidad de que se comprometan como pareja en un futuro.

Ahí quedó todo. Yo creo que es un buen comienzo, pero que los riesgos continúan existiendo. Veamos algunos de estos riesgos:

  • Ángel no tiene los hábitos de trabajo eficaz ni las habilidades necesarias para afrontar al mismo ritmo y con la misma eficacia que sus compañeros las tareas y responsabilidades escolares.
  • Las expectativas positivas creadas en la reunión acerca del compromiso de Ángel a ser responsable y efectivo pueden derivar en una frustración si no se logran éxitos inmediatos o si estos no consiguen ser vistos por los adultos de su entorno.
  • La infelicidad y frustración de los adultos implicados en este caso puede invitar, mediante una comunicación invisible y con mensajes paradójicos de nuevo al alumno a mostrarse ineficaz e incluso a protagonizar conductas pasivas, disruptivas o antisociales.

ActividadesLa Educación para Ángel ha de ser agente liberador al tiempo que un sistema instructor o formador. Si la Educación no es con Ángel un agente liberador será una cadena y una estaca que hoy por hoy aprisionan las potencialidades de desarrollo de esta persona y que lo amaestrarán haciendo de él un magnifico animal de circo potente, sumiso y obediente, pero invadido por la triste sensación que produce en los seres la impotencia de la que incluso podemos ser víctimas sin conciencia de ello.

Estimada maestra, crea usted en sí misma como profesional capacitada para promover el cambio mental en su alumno. Esté atenta a las necesidades emocionales de Ángel tanto como en la necesidad de abordar cada uno de los puntos clave del curriculum escolar. Mantenga una estrecha relación de confianza y comunicación con los padres y Ángel y solicite la ayuda necesaria a compañeros u otros profesionales si lo estimase oportuno.

Madre, busque cada día en sí misma los valores, las metas y el estilo de vida que desea verdaderamente y exprese la alegría por hacer el camino hacia objetivos propios.

Padre, exprese asertivamente ante la comunidad en que convive con su hijo sus ideas sobre la educación, sus sentimientos, sus emociones y sus ideas estando así más presente ya que Ángel le tiene como modelo y referente con el que se identifica. Sea más sociable y facilítenos el conocer más a fondo a su hijo.

niños-jugandoÁngel, deja en manos de los adultos los asuntos relacionados con la forma en que tus padres se van a entender y relacionar en la confianza de que ellos serán responsables para hacer todo lo necesario para ser familia a pesar de la separación. Confía también que desde la escuela sabremos estar atentos a necesidades extra de tu madre y de tu padre si éste fuera el caso. Confía en tu maestra y en tu escuela.

[Imágenes extraídas de Creative Commons Images]