Así se cuida a los amigos, así cuidas de ti mismo.

“La droga que le voy a recomendar es mejor que morfina o cocaína”.

Así de sorprendente es la frase con la que inicia su original columna periodística Celia Rodríguez en la revista “Tiempo” el día 11 de septiembre de 2016 su artículo titulado “La droga que todos necesitamos”.

A lo largo de su artículo mencionará estudios científicos significativos en que se demuestra lo que todos sabemos…. Que los amigos nos aportan beneficios físicos y mentales que contribuyen a nuestra salud y bienestar. Yo no quiero abundar mucho es estas evidencias científicas y cotidianas.

Lo que me apetece es sugerir algunas ideas personales con las que quiero centrar la atención en algunos aspectos del modo en que cuidamos la amistad… Concretamente cuatro aspectos

Primero. No abuses del “a ver si quedamos…”

Cuando te veas ocasionalmente con alguno que no ves a diario no le digas las sabida frase de “¿a ver si nos vemos?”. Ese tipo de formalismos nos acaba decepcionando incluso a nosotros mismos…. Preferible es callar e intentar verdaderamente concretar esa cita con nuestro amigo.

Importante: usar el formalismo y luego no llevarlo a la práctica verdaderamente nos va a ocasionar decepción a nosotros mismo, empobrece la imagen que tenemos de nosotros mismos, estropea nuestra autoestima.

Segundo.  Dedica tiempo a tus amigos.

Mi propuesta: haz por verlos, preocupate por ellos, llámalos, escribeles habitualmente y mantén un sincero interés por compartir ocasionalmente alguna actividad interesante para ambos.

Tercero. Desarrolla le habilidad de cultivar tus amistades.

Mantén entre tus hábitos el de sentir el deseo de conocer a personas e interesarte por ellas de modo desinteresado. En plan cuidar de esas personas. Lo que te digo es que pongas entre tus hábitos los de sentir que las personas son tesoros que te rodean y que cuidar de ellos es lo que te hace crecer en riqueza.

Cuarto. Acepta que algunos amigos no quieran o no puedan seguir en tu vida.

Atención a la doble posibilidad:

La primera posibilidad, que algún amigo no puedan seguir en una relación de amistad contigo por diferentes tipos de condicionantes; incluidos los compromisos con otras personas o los conflictos en que está en juego la fidelidad a unas amistades en detrimento de otras. Esta opción duele, si, lo se. Duele, pero no mata….

La otra posibilidad, que no quieran seguir cuidando la amistad que tienen con nosotros. Evidentemente podemos comprender o no las razones o las emociones que mueven a ese amigo a tomar esta decisión; sea cual sea el caso, la clave, una vez más es aceptar.

Para mi es propio de un verdadero amigo respetar a quien no quiera o no pueda seguir con nuestra amistad. Aceptar y desear lo mejor a esa persona a la que, como amigo o amiga, queremos y para la que queremos lo mejor. Si lo mejor ha establecido que está lejos de nosotros, nuestro deseo es desearle suerte… Y si lo deseamos, dejar puertas y ventanas por si algún día de vemos volver.

Os resumo las cuatro ideas que os he relacionado:

• Si sientes la necesidad de quedar con un amigo… hazlo. No uses nunca la frase “ a ver si nos vemos…” como formalidad.

• Dedica tiempo a tus amigos.

• Desarrolla le habilidad de cultivar tus amistades.

• Acepta que algunos amigos no quieran o no puedan seguir en tu vida.

Y por último una observación acerca del comentario final de Celia Rodríguez sobre la diferencia entre amigos de carne y hueso y amigos de Facebook, Twitter, Instagram u otras redes sociales. La verdadera amistad puede servirse de las redes sociales digitales como medio de comunicación. En muchísimas ocasiones los amigos, usando los medios que Internet ofrece, pueden estar y llegar a rincones de nuestra persona a los que otros amigos no lograron llegar. Si a la amistad también vía Internet.