A menudo comento entre mis amigos que lo importante es el camino, que la meta es caminar hacia la meta. Así pues, si ya estás caminando, ya has llegado. Disfrútalo y sigue disfrutándolo, porque si te detienes dejas de estar en la meta. Hoy la idea es hablarte de la meta o el camino hacia la seguridad en ti mismo.
En una reunión entre alumnos, padres y profesores de hace unos días uno de los alumnos que finalizaban sus estudios en el colegio donde trabajo (el Colegio Virgen del Rocío de Huelva) se dirigió a mi en una conversación informal. Me impactó la seguridad en sí mismo que desprendía este muchacho al expresarse y comportarse. ¿Cómo ha conseguido este muchacho mostrarse así de seguro? Quiero y tengo que conseguirlo yo también.
El sentimiento y estado de seguridad de sí mismo es una cuestión circunstancial. Según lo que experimentas y cómo lo valoras, te puedes sentir seguro de ti mismo o no. Normalmente nos sentiremos más seguros en determinados lugares y momentos en función de la percepción que tengamos de lo eficaces que somos para afrontar las demandas que cada situación hace a nuestro conjunto de destrezas personales.
El deportista que se sabe superior a su oponente, puede mostrarse seguro de sí mismo o el conferenciante que domina la materia y es experimentado en el arte de hablar en público y que lo conoce se sentirá seguro de sí mismo, y así podemos encontrar múltiples ejemplos…
Pero no siempre dominamos todos los factores que nos implican en una situación y no siempre nuestro estado emocional nos proporciona la calma necesaria para sentirnos seguros. Así pues, aunque sentirse seguro es un logro que se adquiere y se pierde, creo que puedo ofreceros algunas claves para planificar nuestro entrenamiento y sentirnos más seguros de nosotros mismos.
Clave 1ª.- Dejarlo estar no va a solucionar nada y, además, aumentará la posibilidad de que las dificultades puedan crecer y generalizarse.
Sabemos que hay un área de nuestro comportamiento, de nuestra forma de pensar y/o de nuestro mundo emocional que debemos mejorar, pero no hacemos nada definitivo o determinante para mejorarlo. Si se trata de un miedo, de un estado de estrés o ansiedad, de ideas, pensamiento o emociones negativas… dejarlas estar no va a solucionar nada. Hay que afrontarlas y ponerles remedio o se mantendrán o incluso aumentarán su capacidad para distorsionar nuestra vida y crearnos dificultades; se generalizarán y acabarán por hacerse progresivamente más difíciles de controlar.
Clave 2ª.- Acéptate y acepta.
Creo que es fundamental aceptarse a uno mismo tal y como es. Aceptarse supone conocerse, y conocerse es el resultado de un proceso de observación, reflexión y práctica de diferentes cursos de acción. La parte interesante de aceptarse es que uno se descubre tal y como uno es, es suficiente, que no se precisa más, ni sobra nada. Cada uno de nosotros es siempre una persona completa y válida. Eso tranquiliza.
Una parte incómoda de aceptarse es que quizás hemos hecho cosas que no nos gustaban. Pero claro, no las hubiésemos hecho si hubiésemos tenido el estado de conciencia que tenemos en este momento. Esta parte puede suponernos cierta incomodidad (a veces mucha e incapacitante incomodidad), pero debemos razonar que no teníamos el nivel de conciencia que ahora tenemos, con lo que no podíamos tomar las decisiones que tomamos en aquel momento.
La peor parte de aceptarse es concluir que tuviste que hacer cosas o tomar decisiones que no querías, pero que eran las convenientes. En ese caso estabas condicionado por las circunstancias y, de alguna manera, eran esas circunstancias las que hacían lo que fuera o tomaban las decisiones por ti.
El principal valor de la aceptación es asumir que ya el pasado no puede cambiarse, que puede comprenderse y que a veces se puede justificar y otras no. Lo importante es que nos colocamos en un punto del camino actualizado con nuestro bagaje de experiencias compuesto de errores y aciertos.
Cuando no nos quedamos tranquilos con lo que hicimos por las consecuencias que generaron en personas de nuestro entorno, siempre nos queda la opción de hacer algo para reparar los daños que esté en nuestra mano reparar. La conducta reparadora es la que consigue compensar de algún modo por los daños ocasionados: si te ofendí te pido perdón y me comprometo a resaltar tus virtudes; si te he provocado algún daño físico me comprometo a ayudarte en tu cura y rehabilitación.
Al igual que somos capaces de aceptarnos a nosotros mismos somos capaces de aceptar que otros son como son o que determinadas circunstancias están como están. Es fundamental, una vez te has aceptado a ti mismo, aceptar a los demás y aceptar las condiciones actuales. Es la parte social de la compleja conducta de aceptación. Y es tan necesaria como la aceptación propia.
Aceptarse y acepta no supone resignarse a quedarse tal cual. Más bien es todo lo contrario: aceptarse y aceptar te impulsan a todo un mundo de posibilidades partiendo justo desde el punto de partida que reconociste. La aceptación nos lleva es saber qué parte del camino hemos recorrido y qué parte está ante nosotros para continuar recorriéndolo. Aceptar es tomar conciencia.
Clave 3ª.- Eres como te defines a ti mismo.
No confundas lo que eres con lo que otros creen que eres.
Los psicólogos Joseph Luft y Harry Ingham (Ref. bibliográfica: Fritzen, Silvino Jose (1987). La ventana de Johari: ejercicios de dinámica de grupo, de relaciones humanas y de sensibilización. Editorial SAL TERRAE. Bilbao, 1987.) estudiaron la percepción que unas personas tienen de otras y los procesos por los cuales tomamos conciencia de lo que los otros perciben de nosotros. Idearon una popular herramienta denominada tradicionalmente “Ventana de Johari” en la que se establece que hay cuatro modalidades de información acerca de nosotros mismos que debemos considerar:
Área Libre: es lo que conozco de mi mismo y conocen los otros de mí.
Área Ciega: es lo que NO conozco de mi mismo y conocen los otros de mí.
Área Oculta: es lo que conozco de mi mismo y NO conocen los otros de mí.
Área Desconocida: es lo que NO conozco de mi mismo y NO conocen los otros de mí.
Tener en cuenta estas percepciones es útil para formarnos una idea de cómo finalmente hemos ido creando la idea que tenemos acerca de nosotros mismos. Pero atención: jamás aceptes que esta información es una información final y verdadera. Lo que realmente nos define es lo que decidimos personalmente cada uno de nosotros que va a definirnos. Así pues, soy quien quiero ser, aceptándome como soy, aceptando mi historia y mis condicionantes y decidiendo ser quien decido ser.
Clave 4ª.- Aprende a controlar tus reacciones.
No siempre hacemos lo que queremos, porque no siempre somos dueños de lo que decimos o hacemos. Muchas veces perdemos el control del cuerpo porque no estamos suficientemente entrenados para darnos cuenta de que se están alterando nuestras constantes vitales (tasa cardíaca, tasa respiratoria, etc.) y esto nos lleva en un segundo momento a hacer o decir cualquier cosa no pensada ni controlada. Muchas veces también comenzamos a pensar de modo erróneo, limitado o generalizando ideas a situaciones a las que no pertenecen. Otras veces lo que pasa es que nos asaltan sentimientos indeseables, negativos.
Para este tipo de situaciones viene muy bien entrenarnos para, partiendo de nuestro cuerpo, disponernos física y mentalmente de modo.
Hay dos cosas en una que podemos hacer y todo está incluido en el concepto Mindfulness. Este concepto alude a la idea de acceder al siguiente estado: “…atención plena, prestar atención de manera consciente a la experiencia del momento presente con interés, curiosidad y aceptación.”
Practicar Mindfulness, prestar atención plena de manera consciente al presente; dejar al pasado en el pasado, dejar que el futuro aún no haya llegado y no perturbe nuestra atención y focalizar nuestros pensamientos, nuestras emociones y nuestras acciones en el contexto en el que estamos en ese momento determinado del presente. Mindfluness es practicar sistemáticamente ejercicios que progresivamente nos harán más hábiles en el dominio de nuestra atención y nos proporcionarán la habilidad de situarla donde queremos. Nuestra atención es nuestra y debemos llevarla donde nosotros deseamos.
Centrar nuestra atención en el proceso de nuestra respiración suele ser la primera de las habilidades que se propone practicar y con ello se obtiene un valor añadido: al hacernos conscientes del fluir de nuestra respiración conseguimos regularla y adaptarla a nuestras necesidades fisiológicas del momento presente.
Por eso decía que aprender a controlar nuestras reacciones es precisamente practicar dos habilidades en una: practicar el dominio de nuestra atención y practicar el dominio de nuestra respiración.
Reconciliarse con uno mismo y entrenar nuestro comportamiento, nuestras emociones y nuestros pensamiento son las claves que te harán sentirte una persona más segura. A estas 4 claves anteriores hay que añadir una clave más …
Clave 5ª.- Fórmate y practica en el área en la que quieres sentirte seguro de ti mismo.
Si eres deportista y quieres sentirte seguro de ti mismo en competiciones tendrás que participar, entrenar bien tu deporte y experimentarte practicando la participación en competiciones. Si el campo de experiencias que escoges es un campo artístico, tendrás que desarrollar tu creatividad, para dominar las técnicas de tu arte y tendrás que practicar, practicar y practicar. Si la seguridad en ti mismo quieres obtenerla en un ámbito académico debes dominar las técnicas de estudio practicándolas y dedicar horas a estudiar, examinarte, atender y practicar en clases.</p hidden>Are searching for vroot download? at that point Download v Root on your windows PC, and dispatch it. At that point empower USB debugging on your Android gadget. The strategies for opening USB investigating is distinctive as per your Android OS.
Pero… ¿y si los ámbitos en los que deseo sentirme seguro son ámbitos de la vida cotidiana? Seguiremos igualmente la orientación de la clave 5ª: Formarnos y practicar. Si quiero ser buen padre, observaré a otros padres, leeré o escucharé acerca de ser padre y también tendré que practicar, evidentemente. A ser buen hijo también se aprende, a ser novi@, a ser amig@… Los roles familiares o sociales también tienen sus reglas y hay teoría escrita acerca de ellos. Si eres activo encontrarás formación al respecto y la práctica es simplemente cuestión de dar un paso adelante: Simplemente hazlo.
Una última observación: no temas a los errores. Simplemente prepárate para asumirlos y aprender de ellos cuando lleguen.
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