Ideas para superar momentos difíciles

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¿Cuál es la línea que separa la felicidad de la infelicidad?, ¿cómo construimos la felicidad?

Siempre he pensado que es posible lograr la felicidad todos los días de la vida a pesar de las dificultades: Enfermedad, circunstancias económicas o laborales, la experiencia de perder a un ser querido, entre muchas otras. Con esta creencia he vivido muchos años y estoy satisfecho con la forma en que me han ayudado a recibir la vida cotidiana. He sido feliz. Sin embargo, hoy tengo una visión algo diferente de la forma en que estoy experimentando ciertas circunstancias, algunas situaciones que se me imponen y que tengo que aceptar.

Hoy sigo creyendo que se puede ser feliz cada día, cada instante, que puedo. Sigo buscando pensamientos positivos con los que colorear los escenarios de mi agenda. Intento hacer mejor la vida de los demás sin esperar nada a cambio y procuro pensar en sus necesidades. Al tiempo, intento cuidarme para estar en disposición de seguir dando, seguir ofreciéndome, como pareja, como padre, amigo, compañero, cumpliendo con mis obligaciones y disfrutando de lo esencial más que de lo superfluo. Pero… algo no marcha bien.

Esta forma de pensar, estas creencias optimistas meses atrás eran experimentadas con una emoción acorde: Con alegría. Hoy sigo pensando que para vivir elegí las creencias adecuadas en torno a la felicidad. Pero también hoy, el tono emocional de estas creencias es de otra gama: es triste.Unhappiness

Hay en mí rescoldos de calor feliz que afloran aleatoriamente en rincones diversos del día sin dejarme aprehender aún cuál es la pauta. Los estoy observando para encontrar más y conseguir unirlos hasta que entre todos cubran la totalidad del día. De momento, creo que junto a esta teoría sobre la felicidad y el optimismo conviene disponer de una complementaria sobre el duelo, la aceptación y la búsqueda de alternativas en las que centrar los pensamientos, los afectos, las energías. Un amigo hace unos días me dijo algo que me hizo pensar: llorar es expresar el dolor por algo o alguien que se ha perdido.

Efectivamente cuando experimentamos la perdida de un ser querido, de una pertenencia, de un empleo, de un estatus social o personal nuestros universos cognitivos, emocional e incluso fisiólogo se ven afectados. Experimentaremos entre otras vivencias la duda acerca de la validez de nuestra teoría de la felicidad. ¿Qué podemos hacer? Cuestionarla. Someterla a examen. Y para ello nada mejor que practicarla.

Quizás en una primera fase nos enfademos con ella y la rechacemos como engañosa. La culpemos de habernos tenido viviendo en una burbuja de ilusión perniciosa: en una mentira. Mi consejo: sigamos dudando metódicamente de nuestra teoría de la felicidad y también de su alter ego, nuestra nueva teoría amiga y compañera: la teoría de la infelicidad.

Si somos metódicos podremos observar que nuestro estado de ánimo es a veces caprichoso y hace excepciones. De repente nos sentimos bien porque lo hemos conseguido o porque volvemos a sentirnos bien sin motivo aparente. ¿Pasó sin más la tempestad y ya volvió la calma a nuestra vida? ¿Toda la experiencia de dolor fue solo un mal sueño del que ya despertamos? No, la desesperación, las lágrimas, los pensamientos sobre la muerte y quizás algún síntoma físico vuelven al poco. En este punto, ¡ojo con las tendencias obsesivas a pensar o hacer!

He sabido que a veces nos asaltan ideas que nos dañan a la vez que nos consuelan. Un ejemplo: me traicionan y eso demuestra que todo mi dolor está justificado. La traición de que hablo en este ejemplo no existe, es simplemente una idea irracional basada en trazos sueltos de la realidad que para nuestra conveniencia y nuestro mal hemos unido para que salga dibujado un abismo tenebroso que nos amenaza y atrae irremediablemente. La idea del ejemplo, como la de la realidad, es además una idea obsesiva: vuelve a nuestro pensamiento una y otra vez sin que tengamos aparentemente control sobre su presencia en nuestra mente.

Hemos de ser conscientes de que estos pensamientos son irracionales y obsesivos para no otorgarles veracidad ni blindarlos con patente de corso. Esas ideas hay que desmontarlas, reconocerlas como falsas y desatenderlas. Para ello nada mejor que atender ideas racionales, implicarse en acciones agradables y proponerse estrategias de distracción realistas. En cualquier caso, ser honestos con nosotros mismos y reconocer que el consuelo obtenido con esta estrategia es vano e insustancial.

También creo que es ilustrativo lo que experimentamos mis alumnos de secundaria y yo hace unos días y que dimos en denominar bloqueo. Entrando al aula a impartir una de mis clases de Ética observé que una alumna me miraba con ojos irritados y sus labios temblorosos aún me anunciaron su malestar. Le pregunté por su estado y rompió a llorar a pesar de sus esfuerzos por contener las lágrimas y la expresión. 4shared download is a desktop app for online file storage and sharing by which you can access your files easily from anywhere Tras analizar los hechos que la habían llevado a ese punto concluimos que sus ideas obsesivas sobre su falta de capacidad para comprender determinados conocimientos matemáticos y las emociones negativas que esto provocaban la mantenían en un estado de bloqueo. No podía estudiar porque se veía fracasando, y como no estudiaba, fracasaba. A veces hay que encontrar vías alternativas para eludir los bloqueos o contar con la colaboración del grupo para conseguir desalojar los troncos cruzados en medio del camino y que solos no podemos mover por su excesivo peso.

Happiness2Así pues me permito relacionar unas cuantas ideas que pueden ayudarnos a superar momentos difíciles, momentos muy difíciles:

  • Estimemos como válida una teoría de la felicidad compatible con las dificultades y las perdidas de la vida.
  • Experimentemos sin miedo el dolor de la pérdida sin abandonar nuestra teoría de la felicidad y el optimismo.
  • Reconozcamos bloqueos en nuestro pensamiento y en nuestra experiencia y actuemos solos o acompañados para desactivarlos.
  • Cuestionemos lo irracional y lo obsesivo en lo que pensamos, hacemos y sentimos hasta desintegrarlo.
  • Revitalicemos nuestras metas, nuestras finalidades y nuestra filosofía de la vida para que sean éstas las que continúen orientándonos.

Getting out of difficult times is possible , as demonstrated by the experience of many people who have succeeded . There will be times when, once the storm has passed, we will experience again difficulties. It may be a relapse, but resurgence is possible and more easily with systematic actions. Maybe this is something to tackle at another time …

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