Hazlo, disfrútalo y cuéntalo (o por qué el deporte nos ayuda tanto)

Hace unos días os comenté nuestro deseo de considerar la conexión mente-cuerpo para ser más eficaces ayudando a las personas a vivir más plenamente. Una de las recomendaciones que solemos hacer a las personas con las que trabajo es que practiquen algún tipo de actividad deportiva. Cuando lo hago, estoy pensando en que de ese modo, mente y cuerpo van a lograr una armonía superior a la que ya pueda existir y por esa razón lo hago.

En solitario o en pareja, con amigos... En la naturaleza, incluso en casa... El hábito del deporte es salud con quien o donde sea
En solitario o en pareja, con amigos… En la naturaleza, incluso en casa… El hábito del deporte es salud con quien o donde sea

Os quiero comentar que, además de los beneficios para la salud física, considero que las principales ventajas psicológicas de la práctica continuada de la actividad deportiva son las siguientes:

Mejora de nuestra autoestima. La práctica regular de una actividad deportiva contribuye a mejorar nuestra autoestima puesto que tomamos conciencia de que nuestras posibilidades físicas son mayores de las que creíamos. A menudo comprobamos cómo nuestra capacidad respiratoria, nuestra resistencia, nuestra fuerza, nuestros reflejos u otras cualidades físicas son superiores en rendimiento y ejecución a lo que hasta ese momento habíamos pensado acerca de nosotros mismos. Además, la progresión del desarrollo de estas posibilidades físicas suele aumentar esa sensación de mejoría y capacidad.

Si crees que puedes, hazlo, inténtalo... Te reconfortará crecerte poco a poco
Si crees que puedes, hazlo, inténtalo… Te reconfortará crecerte poco a poco

Crecimiento de la voluntad. Con la práctica continuada de deporte desarrollamos, entrenamos y hacemos crecer nuestra voluntad. De este modo, por efecto de la generalización, tomamos conciencia de que para cualquier actividad o reto que nos propongamos podemos estar dotados de tenacidad, perseverancia, constancia y esto es indudablemente un valor añadido para afrontar actividades de la vida que requieren continuidad en el esfuerzo.

Desarrollar el afán de superación. La práctica deportiva nos pone en situación de afrontar retos de superación. El afán de superación es pues un factor psicológico que trabajamos y que podemos aplicar a otros ámbitos de la vida y desde la práctica deportiva se nos ofrece como una oportunidad asequible y personalizada, pues la posibilidad de superación es totalmente personal.

Aprendemos y practicamos relajación y autocontrol. Cuando practicamos deporte, habitualmente dedicamos toda o parte de la sesión deportiva a realizar actividades de relajación y control físico y mental. Usamos el momento de hacer deporte para desconectar de las rutinas diarias e involucrarnos en acciones alternativas y que promueven bienestar físico y psicológico. Además, en determinadas sesiones deportivas incluso se establecen momentos para la vuelta a la normalidad (descenso de ritmos e intensidades fisiológicas) que usan la relajación y el autocontrol como medio.

Cada una de estas ventajas psicológicas que se desarrollan con la práctica deportiva habitual se trasfieren y favorecen la mejor adaptación a las exigencias de la vida cotidiana. Solo por esto merece la pena pensar en comenzar a practicar deporte de manera habitual o mantenerse en esta práctica si ya eres habitual del deporte.

Sólo caminar ya nos sirve para activar mente y cuerpo... ¿Probamos hoy mismo?
Sólo caminar ya nos sirve para activar mente y cuerpo… ¿Probamos hoy mismo?

¿Y si no practico ningún deporte? Cuando una persona no suele practicar deporte habitualmente, yo recomiendo considerar los tres pasos siguientes:

Hazlo. No lo pienses más. Comienza a hacerlo en cuanto tengas ocasión. No hay que complicarse excesivamente para realizar cualquier actividad: caminar de modo atlético ya es deporte. Para comenzar no se precisa ni un vestuario específico, ni inscripción en un centro deportivo, ni compañeros de actividad. Comenzar es un primer paso que no hay que pensar demasiado si se reúnen unas mínimas condiciones físicas. Muchas veces la clave está en hacerlo y punto. La continuidad ya vendrá, la especialización, los progresos… Lo primero es comenzar y para eso, simplemente Hazlo.

Diviértete. Cuando comiences a hacer deporte es importante que lo hagas disfrutando, sintiendo satisfacción, sintiendo que te diviertes de verdad. Ojo con relacionar el deporte con una actividad exigente de esfuerzo excesivo. Para comenzar es muy apropiado sentir que el goce de la actividad y sus beneficios son lo principal. En general, yo creo que hasta los deportistas de élite deben sentir disfrute y diversión por la practica deportiva. Así pues, diviértete en todo momento.

Cuéntalo. Por dos razones creo que es importante que si comienzas a hacer deporte lo cuentes a las personas que te importan, a tus amigos, a tu familia, a tus redes sociales. Porque es gratificante expresar los logros que realizamos y de ello vamos a obtener a buen seguro felicitaciones y eso nos va a hacer sentir mejor. Pero también creo que debemos contarlo para que otros sigan nuestro ejemplo y se beneficien de las ventajas físicas y psicológicas de la práctica deportiva.

Así pues, no nos lo pensemos mucho que no es necesario: Hagamos deporte, divirtámonos con ello y contémoslo para obtener reconocimiento y para divulgar buenas prácticas para bienestar personal y el desarrollo de hábitos de vida saludable. Just do it!

[Imágenes extraídas de Creative Commons Images]